Kentucky tiene la desafortunada distinción de tener una de las tasas más altas de hepatitis C en la nación. Es causada por un virus que hoy en día se transmite principalmente al compartir agujas y jeringas contaminadas y provoca una enfermedad hepática crónica en el 80% de los infectados. La mitad de los infectados no saben que son positivos al virus, pero aun así pueden seguir transmitiéndolo a través de agujas, jeringas, parafernalia de drogas, afeitadoras y cepillos de dientes contaminados.

Los baby boomers, los nacidos entre 1945 y 1965, también tienen un alto riesgo de contraer la infección, y los CDC recomiendan que se les haga la prueba. Actualmente no existe ninguna vacuna para prevenir la hepatitis C y, aunque existen tratamientos, son costosos (alrededor de 85.000 dólares). La mejor estrategia es la prevención mediante el uso de agujas y jeringas esterilizadas, siempre. El Departamento de Salud del Distrito de Lake Cumberland puede realizar pruebas de hepatitis C para quienes no tienen seguro.